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¡Cada cliente es un universo!
¡Cada cliente es un universo!
Recuerda algo fundamental: ¡cada cliente es un universo! Y como tal, merece ser tratado de forma única y especial. Piensen por un momento en sus propias experiencias como clientes. ¿Qué les gusta? ¿Qué les molesta? ¿Qué los hace sentir valorados?
¿A quién le gusta sentirse como un número más en la fila? ¿A quién le gusta que lo ignoren o lo traten con indiferencia? ¡A nadie! Todos queremos sentirnos especiales, escuchados, comprendidos. Y eso es precisamente lo que debemos ofrecer a nuestros clientes: una experiencia personalizada, que los haga sentir que son importantes para nosotros.
"Cada cliente es DIFERENTE." ¡Graben esa frase en su mente! No existen dos clientes iguales. Cada uno tiene sus propias necesidades, sus propias preferencias, su propia historia. Y nuestro trabajo es descubrirlas, comprenderlas y adaptar nuestro servicio en consecuencia.
Imaginen que un cliente joven llega a la sucursal para abrir su primera cuenta bancaria. Probablemente, necesitará más orientación e información que un cliente con años de experiencia en el mundo financiero. Nuestro trabajo es identificar esas necesidades y ofrecer un servicio personalizado que le ayude a sentirse cómodo y seguro.
"El servicio se debe vivir, no actuar." ¡Qué importante es esto! No se trata de fingir una sonrisa o un tono de voz amable, sino de sentirlo de verdad. La autenticidad es clave en la atención al cliente.
¿Han notado alguna vez cuando alguien les sonríe de forma forzada o les habla con un tono de voz que suena falso? ¡Es muy fácil detectarlo! Y en la atención al cliente, la falta de autenticidad se nota a kilómetros. Si realmente nos importa el cliente, si realmente queremos ayudarlo, eso se reflejará en nuestra actitud, en nuestra mirada, en nuestro lenguaje corporal.
"Rapidez que conquista." Vivimos en un mundo acelerado, donde el tiempo es oro. Y nuestros clientes no son la excepción. ¡A nadie le gusta esperar! Por eso, la rapidez es un factor clave en la satisfacción del cliente.
Si podemos agilizar los procesos, reducir los tiempos de espera y ofrecer soluciones rápidas, ganaremos la fidelidad de nuestros clientes. Claro, a veces hay retrasos inevitables. Pero incluso en esos casos, es importante comunicarlo con claridad y transparencia. "Disculpe la demora, señor, estamos trabajando para resolver su problema lo antes posible." Una simple frase puede marcar la diferencia.
"Las quejas son oportunidad." ¡Sí, así como lo oyen! Una queja no es un ataque personal, es una oportunidad para mejorar. Es una señal de que algo no está funcionando como debería y que tenemos la oportunidad de corregirlo.
Imaginen que un cliente llega molesto porque ha tenido un problema con su tarjeta de crédito. Nuestra primera reacción podría ser ponernos a la defensiva, justificarnos o incluso culpar al cliente. ¡Pero esa no es la solución! En lugar de eso, debemos escuchar con atención, agradecer el feedback y buscar soluciones. "Entiendo su frustración, señor, vamos a investigar qué ha sucedido y a encontrar una solución lo antes posible." Esa es la actitud correcta.
Evalúe detenidamente las reglas de Oro y piense como ponerlas en prácticas en su día a día
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